martes, 3 de noviembre de 2009

Artistas en la cocina

Artistas en la cocina

A pesar de que la cocina parece haber sido desde siempre el lugar de los alimentos, muchos fueron, a lo largo de la historia, los casos de artistas que recurrieron a ellos en busca de inspiración y los llevaron, lejos de sus espacios naturales, a lienzos y esculturas.

Y así como muchas veces dijimos que un alimento resultó por su elaboración una verdadera “obra maestra”, hay “obras maestras” elaboradas enteramente a partir de alimentos.


Arte al plato

Dueños de significados sociales, simbólicos, poéticos y hasta religiosos, los alimentos se las arreglaron en innumerables oportunidades, gracias a sus colores, texturas y formas, para entrar al arte por la puerta grande.

Es el caso, por ejemplo, de Leonardo da Vinci, que tardó aproximadamente tres años en finalizar una de sus mayores obras, “La Última Cena”, y de todo ese tiempo, dedicó solo algunos meses a pintar a los comensales, mientras que el resto se concentró en encontrar el contenido ideal para la mesa.

Otro caso interesante es el de Giuseppe Arcimboldo, un pintor italiano del siglo XVI, que fue reconocido sobre todo por realizar interpretaciones del ser humano por medio de la comida: pintaba flores, frutas y verduras que, en conjunto y desde cierta perspectiva, adquirían formas anatómicas y reflejaban rostros claramente reconocibles.


Cocin-Arte

Más adelante, ya en el Siglo XX, el artista brasileño Vik Muniz creó una serie de cuadros llamada “Sugar Children” en la que retrató, sólo con azúcar, los rostros de los hijos de un grupo de trabajadores de las plantas de azúcar de la isla americana de Saint Kitts.

También hay quienes prefirieron la comida antes que la arcilla o la cerámica, como la artista Prudence Emma Staite, especialista en “Food Art”, quien unió dos elementos íconos de Italia en la realización de una escultura del Coliseo Romano hecha exclusivamente en masa de pizza. Pero no fue ese su único trabajo con este estilo, además, ha creados numerosos edificios históricos y hasta realizó el busto del Papa Benedicto XVI utilizando el mismo material.

Estos son solo unos pocos de los muchos ejemplos en que los alimentos entraron por derecho propio al mundo del arte. Así que ya lo saben. De ahora en más, antes de tirar cualquier comida piénsenlo dos veces. Pueden tener en la heladera a los protagonistas de una próxima obra de arte.